Cada año mueren nueve millones de seres humanos por padecimientos asociados al hambre. Ahora, según los expertos, podría elevarse al doble la cantidad de víctimas; debido a las alteraciones de las cadenas de producción y suministro de alimentos y de agroquímicos necesarios para apuntalar la agricultura, la ganadería, la pesca y la acuicultura.
Claro que la crisis va a afectar a las regiones más pobres del mundo. Por eso los especialistas claman por planes agresivos de ayuda tanto para la provisión de alimentos como para el otorgamiento de insumos para la producción de modo que se fomente todo lo posible la producción local y regional de alimentos a millones de adultos y niños que no pueden asegurar la ingesta calórica mínima en esta crisis.
En nuestro país, las autoridades, las cámaras y los especialistas aseguran que las cadenas de provisión son suficientemente seguras y eficientes como para no temer escasez; pero obviamente hay que redoblar todos los esfuerzos para producir más y ayudar también a los productores que están sufriendo por las alteraciones de los mercados.
El economista Víctor Umaña coincide en que es momento para apuntalar la seguridad alimentaria; lo cual no significa que debamos producir todo lo que nos comemos o renegar del comercio internacional pero sí -a tono con la definición de Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO)- reconocer “la importancia de la agricultura doméstica como proveedora de alimentos”.
Entonces, más allá de deliberaciones ideológicas estériles, él plantea que es momento para orientar políticas públicas que garanticen la operación normal de carga en puertos, aeropuertos y fronteras terrestres, para poder realizar las labores de exportación e importación de alimentos e insumos. También señala que “es imperativo dar un salvavidas para que las actividades agrícolas con sus particularidades, soporten los problemas temporales de liquidez”. Por otra parte, propone establecer los “EBAIS” de la agricultura para dar asistencia técnica, eliminar las presas en el registro de agroquímicos y, muy importante, liberalizar el precio del arroz para ayudar al bolsillo de muchísimos consumidores. En Hablando Claro conversamos y analizamos el tema con el economista Víctor Umaña y con Federico Zamora nuestro Embajador ante la FAO.