Llevamos ya seis semanas sin curso lectivo, desde que el 16 de marzo se decretara el estado de emergencia nacional. Y todo parece indicar que el retorno a clases es una asignatura que seguirá pendiente por bastantes días más, puesto que la reanudación del ciclo implicaría muchísima movilización; la misma activación y algarabía que nos resultaba tan habitual después de aquellos días tan “normales” en que acababan las vacaciones también “normales” y el tráfico vehicular se estrangulaba en el ir y venir de aquel antes.
Desde entonces, que no hace tanto pero que parece mucho, el MEP ha hecho ingentes esfuerzos por mantener vivo el entusiasmo de alumnos y profesores por aprender y por enseñar en el confinamiento. Pero seamos francos. Hay múltiples escollos para pretender que esos empeños sean algo parecido a aprender en el aula. Y no es que haya existido tal aspiración. La Ministra Giselle Cruz, que no ha cejado en los deberes por proveer de herramientas a educandos y educadores, es realista cuando advierte que el proceso educativo 2020 no cursa la senda por la que inició apenas unas semanas antes de tener que interrumpirse abruptamente.
Después de la también particular Semana Santa que tuvimos, los maestros y profesores han estado en capacitación porque muchos de ellos tienen que empezar a aprender para poder comunicarse. Por ahora esta fase de capacitación se mantiene una semana más hasta fin de mes. Pero sabemos bien que incluso manejando esas modernísimas herramientas de la comunicación muchos de ellos y muchos de sus estudiantes, no tienen siquiera la infraestructura básica de interconectividad para pensarse cerca unos de otros.
Pero las interrogantes, seguramente, irán más allá. Y acaso la más grande nos llevaría a plantearnos como país: ¿Es posible pensar en que este curso lectivo pueda retomarse y culminar con (aunque fuese) algún porcentaje aceptable de asimilación de los contenidos planteados antes del advenimiento de la pandemia?
Algunos creen que si se hizo tras tres eternos meses de una huelga nacional en el 2018, debería poderse ahora. Pero hay mundos de diferencia entre aquello y esto. Con la ministra Giselle Cruz Maduro conversamos en Hablando Claro.