Acumulamos 454 casos de Covid 19, lamentamos únicamente dos decesos, lo cual implica un 0.4%. Con un número un poco menor de casos (400) Uruguay lleva 5 decesos para un 1.3%. Un caso muy significativo es el de Chile, pues pese a tener ya 4,471 casos (10 veces más que los nuestros) ha sufrido 34 muertes para apenas 0.8% de letalidad. Las estadísticas son frías, pero marcan realidades que permiten adoptar decisiones de política pública en momentos en que todo cambia tan vertiginosamente como lo estamos aprendiendo hoy con esta pandemia. En cuanto a los vecinos, Panamá sufre un embate fuerte de casos pues nos cuadruplica en contagios (1,801) y presenta un 2.6% de mortalidad (46) y respecto de Nicaragua las cifras no son confiables. Tienen semanas reportando solo 4 y luego 5 casos y un fallecimiento. Pero el fin de semana se filtró información de 22,713 casos de “neumonía” y 66 muertes.
Tristemente ante la desinformación, muchos nicaragüenses residentes en Costa Rica, están convencidos de que las cosas están mejor allá que aquí y el fin de semana ya salían decenas de regreso al otro lado de Peñas Blancas, a sabiendas de que no podrán volver, dada la decisión del gobierno de eliminarles la condición para el reingreso. En los últimos cuatro días, acumulamos 78 casos nuevos a razón de 19 y 20 diariamente. Así el crecimiento sostenido pero lineal de la pandemia en territorio nacional nos indica que estamos sacando bien la tarea, pero atención: al cumplir este lunes nuestro primer mes de contagios de Covid 19 y empezando la Semana Santa, el gran reto es quedarnos en casa.
Es decir, que el éxito inicial no se nos suba a la cabeza y no vayamos a flexibilizar nuestro confinamiento. Porque como lo explicaron las autoridades de salud, de las 400 camas de Cuidados Intensivos, el 80% ya están ocupadas con los casos habituales, lo cual implica que la disponibilidad para casos de la pandemia es limitada. Y aunque es cierto que no todos los que requieran ventilación asistida tendrán que ir a una unidad de atención crítica, los recursos son escasos y las necesidades internacionales de equipo y materiales son las mismas o aún mayores en el mundo dependiendo de la agudización de la pandemia en territorios con poblaciones mucho más grandes. De modo que el problema es acceder a los recursos aunque se tenga el dinero y la determinación de no escatimar gasto en inversiones de equipo médico.
Para iniciar nuestro Hablando Claro de esta corta semana laboral conversamos con el experimentado Director de la Comisión Nacional de Emergencias, Alexander Solís, especialista en Gestión del Riesgo en Desastres y Manejo de Emergencias. Con 25 años de experiencia de campo, Solís ha sido consultor para la Organización Panamericana de la Salud en manejo de protocolos de respuesta a desastres en Centroamérica, República Dominicana y Ecuador. Y ahora es coordinador del centro de operaciones de esta pandemia inédita.