Siempre en alerta amarilla, pasamos a la segunda etapa de atención de la crisis por el Covid19 que consiste en avanzar de la preparación para la emergencia a la mitigación de los efectos del impacto de la llegada del coronavirus a la vida nacional.
El anuncio lo hizo este jueves el propio presidente de la República Carlos Alvarado quien explicó que el objetivo país será retrasar y reducir el pico epidemiológico para que los casos que tengamos se vayan distribuyendo durante un período de tiempo más largo, de modo que nuestro sistema de salud sea capaz de responder a las necesidades de nuestra población sin acercarse a sus límites.
Esto implica un seguimiento constante y la adopción muy dinámica de medidas. Así entonces, se seguirán suspendiendo actividades según criterio de los epidemiólogos, en las próximas horas se cerrarán preventivamente más centros educativos que se consideren en riesgo, es decir solo aquellos con casos sospechosos o confirmados del virus, se prohibieron ya todos los viajes al exterior de los funcionarios públicos y se recomendó al resto de los ciudadanos que posterguen sus planes de viaje, sobre todo para evitar quedar encerrados o varados en cuarentas en cualquier parte del mundo. Con respecto a cultos religiosos, se reducen al mínimo las congregaciones católicas en común acuerdo con la Conferencia Episcopal y similares medidas se adoptarían con las denominaciones de la alianza evangélica.
Por ahora, tenemos 23 casos confirmados (9 hombres y 14 mujeres) de los cuales 3 son extranjeros y el resto nacionales. La cifra de descartados es ya de 206.
Aprender a aprender. Reeducarnos en cuanto a prácticas y hábitos que deberían ser permanentes y no producto de la coyuntura de la pandemia global. Pero sobre todo aprender a manejar las emociones asociadas al temor, al miedo, los ímpetus acaparadores, las recriminaciones. Aprender a vivir en una nueva (aunque difícil) “normalidad”. Conversamos con el Dr. Roberto Arroba, director de Inmunizaciones del Ministerio de Salud.