Para iniciar la semana hablamos del virus. No del que nos tiene severamente afectados por la desconfianza, la sospecha, las mutuas recriminaciones y -claro- la calentura delirante del protagonismo. Ese será para el resto de la semana.
El COVID-19 ya está en el continente: República Dominicana certificó este domingo su primer caso. Se sumó así a las confirmaciones en Ecuador, México y Brasil. Mientras tanto, en Estados Unidos se produjo la primera defunción, lo que reforzó- como en 60 países más del orbe, las alertas de máxima gravedad que lanzó días atrás la Organización Mundial de la Salud. Hasta el domingo, registraban casi 86 mil contagios y 2,924 fallecimientos desde que en diciembre apareció el virus en Wuhan, China. Ahorita mismo se esparce con velocidad en Corea del Sur e Italia, mientras en Irán sorprende el número elevado de muertes por la temida infección que contagió la semana pasada a los mercados financieros que no habían tenido una caída tan abrupta desde la crisis financiera del 2008.
Los casos autóctonos preocupan especialmente. En Estados Unidos tres en la Costa Oeste. En Ecuador se confirmó el primer caso de una mujer procedente de España y de seguido cinco más que tuvieron contacto con ella. Mientras tanto, Brasil, México y República Dominicana presentan a Italia como factor común. Tanto que República Dominicana un país eminentemente turístico, debió suspender todos los vuelos directos que tiene entre Milán y La Romana intentando detener una propagación. Lo que nos lleva necesariamente a conversar sobre cómo se convirtió la región de Lombardía en el foco de diseminación de Europa.
Por supuesto, Corea del Sur implica alerta especial y por ello todos los costarricenses del Café Chorale que regresaron la semana tras anterior de una presentación en Seúl se mantienen en observación cercana de las autoridades. ¿Por qué no fue necesaria una cuarentena? ¿Cómo avanzan nuestras actualizaciones de verificación y ejecución de protocolos en las fronteras de ingreso? ¿Cómo actuar con seriedad en la crisis sanitaria y evitar que el periodismo sensacionalista que busca la primicia del primer caso, perturbe en lugar de ayudar? En Hablando Claro conversamos con el Ministro de Salud Daniel Salas.