El Tribunal Supremo de Elecciones se prepara para una elección con todo el arsenal posible de modo que garantiza a cada ciudadano habilitado no solo el derecho al voto sino también el blindaje del proceso en todos sus extremos y aunque nunca faltan algunos pocos escépticos que cuestionen su quehacer, lo cierto es que no es por falta de condiciones procedimentales inmejorables, es decir de reglas claras y seguras, tanto como de un clima político propicio como el que impera en las democracias más maduras del mundo, que la ciudadanía no va (¿irá?) mayoritariamente a las urnas cuando se le convoca.
¿Cómo es posible entonces que sea tan difícil promover la participación básica que implica la decisión de hacerse parte de la jornada electoral del 2 de febrero?
En el caso de las municipales parece ser la inercia la que ha levantado en apenas pocos puntos la barrera de la apatía en cada proceso. Y todo apunta a que los ciudadanos carecemos de la convicción básica necesaria para apuntalar con nuestro ejercicio la escogencia de los alcaldes, intendentes y miles de regidores y síndicos.
¿Cómo empujamos la motivación propia y de quienes están en nuestro entorno cercano? ¿Cómo podemos informarnos si es que a estas alturas no sabemos cuáles son nuestras opciones cantonales? Conversamos con Gustavo Román Jacobo, asesor en comunicación política del Tribunal Supremo de Elecciones.