Fotografía: Laura Rodríguez Rodríguez - Universidad de Costa Rica.
El Índice de Democracia 2019 que publica la revista The Economist vuelve a colocar a Costa Rica en el selecto grupo de países con pleno alcance democrático en el mundo, y eso es muy bueno. Esa misma medición indica que Costa Rica aprueba bien cuatro de los cinco aspectos que se consideran en ese informe anual, pero seguimos renqueando en el lado de la participación política, y eso no es bueno. La publicación del informe llega a pocos días de las elecciones municipales y la proximidad del chance para reducir el alto abstencionismo en los comicios de escala local.
Sin embargo, es claro que la participación política va mucho más allá de presentarse a las urnas. De hecho, fue este elemento el que permitió a Chile ascender al grupo de “democracias plenas”, tras las masivas protestas de finales del 2019.
Acabamos la semana también con otro informe que nos ayuda a ubicarnos: el de percepción de la corrupción. Ahí estamos igual que el año pasado (nota 56, posición 44). Aunque no caímos como otras naciones, mantenemos tareas pendientes como regular el cabildeo y los conflictos de interés, empoderar a la ciudadanía y evitar los privilegios, según los datos que proveen encuestas y evaluaciones de expertos.
Son indicadores que no podemos descuidar, como la salud misma, pero que exigen contexto y precisiones, lo conversamos con el politólogo Gustavo Araya.