Cientos de trabajadores intentaron retirar la semana pasada el dinero del Fondo de Capitalización Laboral (FCL) porque les llego una información falsa con la “noticia” de que era posible hacerlo. Es comprensible en estos tiempos en que la mayoría de hogares costarricenses esperan cualquier dinero extra que dé oxigeno financiero, aunque sea momentáneo.
Pudo haber sido una broma pesada, pero no lo es exactamente, porque hay un proyecto de ley que sí va en esa dirección, de permitir que los trabajadores echen mano del FCL antes de lo que prevén las reglas actuales, como una posible palanca en tiempos de poca liquidez. En sencillo: echar un poco de plata a la calle para que se mueva un poco la economía.
Suena tentador, claro, pero los conocedores ya hicieron las advertencias y lo señalaron como un riesgo para la seguridad financiera de los propios trabajadores. Si se abre ahora el retiro inmediato y total del FCL (como lo pediría la gran mayoría de los beneficiarios, a juzgar por los retiros históricos), quedarían desprotegidos en caso de que queden cesantes en el próximo quinquenio, advierten economistas y voceros de las Operadoras de Pensiones. También señalan un deterioro para quienes no hagan el retiro.
Esto no es algo aislado. El proyecto sobre FCL va en una dirección similar al que permitiría el retiro inmediato de los fondos del Régimen Obligatorio de Pensiones (ROP, fuente complementaria de la pensión) para todos los que se hayan jubilado antes del año 2023, según la última versión del expediente. Pero este plan, impulsado por Eduardo Cruickshank, también tiene detalles de cuidado, advierten la Asociación Costarricense de Operadoras de Pensiones (ACOP). Con Danilo Ugalde, director ejecutivo de ACOP, y su vicepresidente, Héctor Maggi, conversamos en Hablando Claro.