El milagro económico que no era… En Chile, una chispa encendió el 18 de octubre la más severa crisis social y política de los últimos 30 años y nadie pudo anticiparlo. El aumento en las tarifas del transporte público fue esa chispa que detonó en conflagración. Cuando el gobierno de Sebastián Piñera -hoy arrinconado con un escuálido 13% de respaldo- reaccionó suspendiendo el incremento y ofreciendo reformas sociales largamente postergadas, ya era demasiado tarde (además de insuficiente) como para calmar las aguas.
Desde ese día todo se complicó. Con los militares en las calles, con toques de queda, con muertos, heridos e impresionantes destrozos, Chile debe encarar sus complicadísimas realidades y por supuesto ha debido suspender la cita mundial del clima, la COP 25, el encuentro de líderes del Foro de Cooperación Económica Asia Pacífico y hasta la final de la Copa Libertadores de América.
Las grietas del sistema político y económico chileno son muchas, pero una de las fracturas más expuestas es la desigualdad grosera: el 1% de los chilenos concentra el 26% de la riqueza, mientras el 70% de los ciudadanos no ganan más de 770 dólares al mes (unos 450 mil colones), en el único país donde hasta el agua está privatizada.
Ahora, el Presidente Piñera que vive la peor hora de su segundo mandato, asegura estar dispuesto a negociarlo todo, incluyendo una posible constituyente; aunque no una dimisión al cargo. Con Manuel Rojas Bolaños, sociólogo y ex Embajador de Costa Rica en Chile abordamos las aristas de la compleja situación chilena.