El conflicto sobre el presupuesto de las universidades estatales no está aún resuelto porque internamente hay serias diferencias de lo acordado el martes con el Gobierno. Ni siquiera las organizaciones estudiantiles tienen el apoyo de otros estudiantes.
Las organizaciones empresariales han caído en el cauce de división que ya se conoce de las organizaciones sindicales. Las cámaras de Comercio y de Industria anunciaron ayer que abandonan la Unión de Cámaras porque la consideran débil y pasiva para estos tiempos. Y en días recientes el Gobierno ha vuelto a mostrarse como una colección de visiones distintas que logra claridad sobre quién habla su nombre, aunque la voz protagónica de Rocío Aguilar ya no estará más.
La necesidad de acuerdos válidos y sostenibles se complica si a ello se suma a fragmentación en el Congreso, la presión económica generalizada y un clima que propicia manifestaciones violentas (en el discurso o en acciones como la del grupo desestabilizador detenido esta semana por la Policía). Conviene entonces hacer un análisis de los acontecimientos de este pequeño ciclo, con la ayuda del periodista y exdiplomático Eduardo Ulibarri.