Fotografía: Mayela López - La Nación.
Este jueves íbamos a analizar la situación de Chile, pero en Costa Rica Rocío Aguilar ya no es ministra de Hacienda y eso no es cosa menor. El rostro de las políticas fiscales de este gobierno se despidió ayer al conocerse la resolución de la Contraloría General de la República que ella misma dirigió años atrás; vueltas de la vida.
El llamado “hueco fiscal”, aquel desfase contable descubierto a mediados de 2018 y heredado por el gobierno anterior, acabó pasándole la factura a Aguilar, que renunció sin titubeos ayer. Lo hace un día después de que la Presidencia volvió a mostrar posiciones distintas a las de ella; primero fue con la CCSS y ahora era con los universitarios.
Algunos celebran y otros lo lamentan. No puede ser distinto ante un personaje de acciones contundentes, que recogió el guante de la reforma fiscal postergada por décadas. Ahora nos preguntamos si las políticas fiscales, a medio camino como están, van más allá de la figura de Aguilar o si se van con ella.
Conviene ver los números y el contexto. Las finanzas son cifras que calzan o no, pero la política es un asunto de confianzas y oportunidades. Por eso enfocamos la noticia local de la semana con dos miradas, la del economista y ex viceministro de Hacienda Fernando Rodríguez y la de Alejandro Barahona, politólogo especialista en políticas públicas.