Pongamos las diferencias a un lado. Y permitámonos reconocernos que tenemos méritos suficientes para recibir en una ceremonia de gala el premio "Campeón de la Tierra 2019". El galardón no es una concesión. De hecho, es la primera vez desde su instauración en 2005 que las Naciones Unidas lo concede a un país; dado que hasta hoy solo lo han recibido líderes mundiales, individualmente o en grupos, por adoptar "medidas audaces en favor del planeta".
Ahora nos tocó el honroso sitial de privilegio. Por colocar las preocupaciones ambientales en el centro de nuestras estratégicas políticas y económicas, evidenciando que la sostenibilidad no solo es posible, sino económicamente viable. Palabras más, palabras menos. Y sí, claro, falta mucho, mucho por hacer.
Razón de más para celebrar un premio que constituye reconocimiento pero también motor de impulso para buscar vencer desafíos mucho mayores. Para seguir siendo potencia. Como lo hemos sido en Derechos Humanos y ahora, en Protección Medioambiental. Veamos entonces nuestros superávits y nuestros desafíos en sostenibilidad con Marco Quesada, Director Costa Rica de Conservación Internacional.