Es la de moderna guerra fría: la batalla por la supremacía tecnológica. Pero es también una guerra por ideología, por afianzamiento de territorios, por alianzas…
Aunque no conocemos el siguiente capítulo, sabemos que el escenario de la contienda es tan ancho como el planeta y tiene sus epicentros en Estados Unidos y China, y además genera ecos en otros puntos calientes del orbe que también reclaman dominación.
Tras años de mutuos señalamientos Donald Trump dio un paso adelante al imponer primero aranceles a las importaciones chinas por 200 mil millones de dólares y enfilar luego baterías contra el líder de la red 5G, el Huawei.
Los “cocos” de la Casa Blanca son inseguridad nacional y comercio injusto. Ha sido un golpe para Pekín que respondió también con sanciones arancelarias, pero además afianzando una estrategia interna en preparación para lo que Xi Jinping explica como una nueva “Larga Marcha”, es decir, un período especial, complejo y difícil, del que China saldrá -asegura- cuando logre alcanzar y luego superar el poderío tecnológico occidental. ¿Sería tal cosa posible?
Absolutamente oportuno con la guerra tecnológica entre Washington y Pekín, popularizada ahora como la guerra de Huawei, el politólogo Constantino Urcuyo publica su libro “China y Estados Unidos, geopolítica y estrategia en el siglo XXI. Con él conversamos en Hablando Claro.