Es “terrible” el resultado de un dictamen sobre la posibilidad de crear una nueva sección judicial para investigar casos de corrupción, dijo el director del OIJ, Wálter Espinoza, en un claro mensaje crítico a cúpula del Poder Judicial.
Está diciendo, palabras más o menos, que los magistrados no están comprometidos con el combate a la corrupción, pues rechazaron nuevas plazas y obligan al OIJ y al Ministerio Público a trabajar ahora casos muy complejos, pero con recursos iguales a los de 10 años atrás.
Esta es solo una divergencia puntual. Se trata la respuesta judicial a casos de corrupción como los que se encendieron hace dos años con el “cementazo” y que, se pensaba, iba a marcar un antes y un después para efectos del Poder Judicial. Hoy muchos dudan.
A ello se suma el trabajoso diálogo para plantear legalmente mejores formas de elegir a los magistrados y la resistencia de un grupo de estos a avanzar en medidas internas. No son todos, pero son suficientes.
Estos temas, delicados y complejos, los plantearemos con el presidente de la Corte Suprema, Fernando Cruz.