La consigna urgente, el ruego de todos los días, se llama reactivación económica. No hay sector o grupo de interés que no demande hoy paso acelerado para el ansiado empuje. La rogatoria se explica per sé. El desempleo está en sus niveles más altos, el índice de actividad económica remarca la lentitud, la gente está “resfriada”. Para gastar y para invertir.
El Ejecutivo tiene una hoja de ruta para la reactivación que transita por cuatro avenidas principales y varios caminos alternos: simplificación de trámites en el sector de la construcción, simplificación para la apertura de empresas y la inversión, apoyo a emprendimientos, pequeñas y medianas empresas y fomento a la empleabilidad.
¿Alcanzan esos esfuerzos para derrotar expectativas a la baja? ¿Podemos crecer nosotros más allá del pobre promedio pronosticado para América Latina? ¿Qué acciones puede adoptar el Ejecutivo para inyectar muchos más deseos por producir, consumir e invertir?. Conversamos con la coordinadora del sector económico Edna Camacho.