A falta de una política pública que le permita responder con acierto al desafío de la inmigración -desbordada, según las propias autoridades fronterizas estadounidenses- Donald Trump amenaza ahora con cortar las dotaciones presupuestarias no ejecutadas al triángulo norte de Centroamérica. Algo que los opositores demócratas califican como contraproducente: responder a la pobreza que expulsa de sus países a guatemaltecos, hondureños y salvadoreños con un recorte de ayuda que presionará aún más, las condiciones de esa salida forzada.
Lo anterior es tan sólo una muestra de la forma en que Estados Unidos atiende temas con sus vecinos latinoamericanos. Mientras tanto, sus archirrivales avanzan en la región. China lleva adelante una política afianzamiento de largo plazo en el continente particularmente con empréstitos y grandes inversiones en infraestructura. Y Rusia merece consideración aparte.
El titular de Relaciones Exteriores de Moscú Serguéi Lavrov defiende la legitimidad de la presencia militar en Venezuela argumentando que, muy ajenas a las versiones de maniobras miliares los rusos "sólo" hacen cooperación de mantenimiento de equipos; a lo que Trump reacciona con la reiterada advertencia de "todas las opciones abiertas" para impulsar la salida de los militares rusos de Venezuela.
¿Cómo se explica la presencia rusa en la región? ¿Hasta adónde puede llegar el enfrentamiento de ambas potencias? ¿Qué implicaciones tiene lo que sucede entre Washington y Moscú en Venezuela para la crisis en Nicaragua?. Con el politólogo Constantino Urcuyo hacemos el repaso obligatorio de los acontecimientos internacionales.