Donald Trump no conspiró con Moscú para incidir en la campaña electoral que lo convirtió en Presidente de los Estados Unidos, aunque los rusos si metieron sus narices en esa contienda.
Esa es la conclusión de un informe, que aún no se conoce en detalle, pero que se adelantó este fin de semana tras casi dos años de la investigación más sensible de las últimas décadas en la política de esa nación norteamericana y que llevó adelante el fiscal especial Robert Mueller, un excombatiente de Vietnam, calificado como imperturbable, que está fuera del ojo público y se caracteriza por su total hermetismo.
Era una noticia largamente esperada en los círculos políticos que el mandatario por supuesto se apresuró a celebrar como una victoria inobjetable y una "exoneración total", a pesar de que el fiscal Mueller sí dejo abierta la posibilidad de que el Presidente hubiese incurrido en obstrucción a la justicia.
Ciertamente por eso y por todas las complicaciones que quedaron al descubierto durante esta larga indagación -contribuciones de campana no reportadas, pagos irregulares, mentiras y otros delitos- los opositores demócratas insistirán en conocer todos los pormenores del informe que según se adelanta podría contener "material político corrosivo".
Con el periodista y ex embajador Eduardo Ulibarri iniciamos la semana en poniendo énfasis en este candente tema de la coyuntura internacional.