Fotografía: omnia.com.mx
"Daniel Ortega se hizo la promesa de no volver a perder nunca, con lo que, a lo largo de estos años, ha estado ausente en él la voluntad de aceptar que la derrota es una regla esencial de la democracia", escribió Sergio Ramírez desde febrero.
Hablaba de lo electoral, pero ahora, con un nuevo conato de diálogo, parece que el presidente de Nicaragua solo está dispuesto a participar si siente garantizado su triunfo propio. Y eso equivale a la derrota de Nicaragua.
El intento de negociación, objetado por algunas fuerzas, no duró demasiado. Pronto el propio Ortega mandó a reprimir (más) a los opositores en las calles y así no hay quien hable de salidas reales. Eso se lo dijeron grupos locales y organismos como la OEA, que exige liberar a cientos de presos políticos.
¿Cuáles son entonces los escenarios? ¿Qué margen de acción tienen los grupos opositores, los organismos y los países vecinos, incluido el nuestro? Con el politólogo de la Universidad de Costa Rica (UCR) Alberto Cortés ajustamos la mirada a la situación actual y los caminos posibles.