Fotografía: Semanario Universidad
Octubre 2018. Transcurrían las álgidas jornadas del intenso trámite fiscal. La Corte Plena casi al unísono se trenzó por varios días en un pulso con el Congreso objetando -según ellos- que el proyecto intervenía groseramente su autonomía. Y el Tribunal Supremo de Elecciones contundente y sin aspavientos salió en contrario. La reforma pretendida -dijo- no contrariaba su función electoral. Como si fuera poco, se abstuvo de opinar sobre el tope a salarios y pluses para salvaguardar su deber de probidad. Y aunque la Sala Constitucional le dio luego la razón al TSE, lo cierto es que Luis Antonio Sobrado estaba a 4 meses de postular su reelección.
No sabemos si fue por esa postura o por los expresas objeciones (reproches) a los pequeños cambios en las cédulas de identidad y con ello a la aceptación abierta y decidida del pronunciamiento de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, o si fue por resoluciones adoptadas en perjuicio de tal o cual partido político en los avatares de las ya muchas campañas que ha liderado como máximo jerarca del TSE, la cosa es que 8 de 22 magistrados intentaron el lunes frenarle un nuevo ejercicio.
No lo lograron porque se impuso la mayoría de 14 a favor de sellar el reconocimiento del Tribunal Electoral de Costa Rica como el mejor de América, según Harvard.
Con Luis Antonio Sobrado conversamos este viernes, sobre desafíos de la democracia electoral en tiempos de malestar ciudadano incluyendo el relevantes tópico de la posible reforma a la elección de diputados.