Antes de que se aprobara la reforma fiscal en el Congreso, las calificadoras internacionales de riesgo no creían que tendríamos capacidad de lograr el acuerdo político necesario para concretarlo. Y las notas para el país entonces-se entendía- no eran buenas.
Lo paradójico es que tras la histórica tramitación de una modernización tributaria pospuesta por décadas, recibimos en el curso de seis semanas tres malas calificaciones de igual número de agencias.
¿Qué pasó? ¿No fue suficiente ni siquiera coyunturalmente lo alcanzado? O planteado de otra forma: si no se hubiera aprobado la reforma en cuestión, ¿sería previsible pensar que la malas calificaciones habrían sido mucho peores?
Ahora bien, ¿cómo se supone que nos van a ver en los mercados internacionales con estas calificaciones, a la hora de ir a pedir financiamiento internacional?
Las cosas no pintan muy bien. Sobre todo si consideramos qué hay nubarrones en la economía estadounidense y pésimos pronósticos en la economía del vecino Nicaragua y dicen que cuando allá estornudan, aquí nos resfriamos.
Sobre proyecciones económicas en el contexto de malas calificaciones conversamos este jueves en Hablando Claro con el experto en la materia Daniel Suchar.