Para beneplácito de empresarios y sindicalistas que podrían (junto con el resto del país) reír hoy y llorar mañana, el plan fiscal está en cuidados intensivos en la Asamblea Legislativa.
Entre plazos perentorios (quedan apenas siete sesiones para terminar la legislatura) y las zancadillas propias de los juegos políticos e intereses de grupos de poder, pareciera casi imposible que se apruebe en primer debate el repudiado, insuficiente pero necesario plan de impuestos.
La cuestión pinta mal, sobre todo porque sorpresivamente el ex candidato del PLN Antonio Alvarez Desanti quien hasta hace muy poco hablaba un día sí y otro también de la necesidad de aprobar la llevada y traída reforma fiscal, ahora propone dejarla para la siguiente administración… Es decir, tirar una vez más la pelota para adelante.
Otro que adversa con vehemencia el acuerdo impositivo es el analista de políticas públicas Juan Carlos Hidalgo, quien asegura que no hay que aprobar más carga tributaria.
El siempre polémico columnista sugiere al Presidente Electo que más bien entre con hacha en mano derogando el catorceavo mes, es decir el salario escolar que reciben cada enero los empleados públicos. Además que congele por cuatro años sueldos del sector público y cualquier incremento en las transferencias a las universidades.
Es decir, le pide al Presidente Alvarado que se dispare en los pies con una bancada de 10 diputados y apenas empezando a intentar construir acuerdos país.
En respuesta a tanta presión en contra del plan fiscal, el diputado Ottón Solís advierte por enésima ocasión que se nos está acabando el margen de acción para tomar medidas soportables que permitan paliar una situación que luego nos hará arrepentirnos por el resto de nuestras vidas.
Con Juan Carlos Hidalgo analista de políticas públicas del CATO Institute de Washington conversamos sobre asuntos de política local y también de las complejidades mayores de la política en la Casa Blanca de Donald Trump.