Rumores y hermetismo. Esa sería la mejor forma de describir las horas que corren en la política local.
Los fichajes claves que integrarán el equipo de la nueva administración son una incógnita que tal vez (sólo tal vez) se podría ir despejando poco a poco a partir de la semana que inicia. Por ahora, todo está enmarcado en el terreno de las especulaciones. Un gabinete multipartidista y paritario es un proyecto ambicioso. Por ello, y porque la política es un juego de ajedrez complejo, las negociaciones y decisiones del Presidente Electo se manejan con discrecionalidad extrema.
Lo que está claro es que este domingo 15 de abril se vencía el plazo dado a los negociadores de don Carlos Alvarado para acercar a los actores de la oposición al novel gobierno. Y como se sabe, la mayoría aceptó participar en la construcción de la agenda legislativa, pero no del gobierno de unidad nacional.
Mientras tanto, los nombres de Rodolfo Piza, Carlos Manuel Rodríguez, Epsy Campbell, Ana Helena Chacón, Edna Camacho, Elaine White, José Manuel Arroyo, Ottón Solís y muchos otros más, se escuchan como probables fichas en una u otra cartera. Todos como “posibles”.
Y ninguno, como es lógico, confirmando o descartando nada. Porque la decisión y el anuncio sólo serán potestad del próximo presidente.
Más allá de los nombramientos, sabemos también que este será seguramente uno de los más modestos traspasos de poder de la historia. No tendrá ni almuerzo para los invitados. Será en la Plaza de la Democracia y será en extremo austero para hacer espejo con la situación de las finanzas públicas, que por cierto pintan tan mal como ya sabíamos antes de las elecciones.
Todo parece indicar que se necesita casi “un milagro” para que los diputados que están cerca de concluir su periodo constitucional aprueben la modesta Ley de Fortalecimiento de Finanzas Públicas que le daría a Hacienda un respiro de cerca del 2% de reducción de déficit primario.
Si el poco tiempo que resta de extraordinarias no alcanza, los nuevos diputados empezarían su curva de aprendizaje nada más y nada menos que con semejante tarea. Y el país seguiría atrasando su decisión en esta materia.
Pero el nudo fiscal es sólo uno de los que tenemos. Como bien dijo el periodista Eduardo Ulibarri los cambios que requiere el país pasan además por una renovada propuesta educativa, mayor eficiencia en la prestación de los servicios públicos, una lucha compleja contra los poderes fácticos que han amalgamado beneficios, así como el mejoramiento de la infraestructura, el modo y la calidad de vida en las ciudades y un gerenciamiento estatal más ágil y eficiente.
Para hablar de coyuntura política local al inicio de la semana, conversamos precisamente con el periodista, analista y ex Embajador Eduardo Ulibarri, en Hablando Claro
