El término entraña la carga valorativa que se propuso. Causar temor y generar dudas para provocar rechazo. La intencionalmente denominada “ideología de género” es, de acuerdo con la Conferencia Episcopal, “una nueva filosofía de la sexualidad, que niega la diferencia y complementariedad entre varón y mujer, y así, el sexo ya no es un dato originario de la naturaleza (...) sino un papel social del que se decide autónomamente”.
Los movimientos conservadores tan empoderados hoy en el mundo y también en nuestro país, echan mano de argumentaciones como esas para intentar traerse abajo los programas formativos de Educación para la Afectividad y Sexualidad, que aspiran a un enfoque más amplio e integral de derechos humanos.
Pero las voces en contra, han generado una enorme oposición aduciendo un supuesto “adoctrinamiento que va en contra de los valores familiares y que incita a los niños a prácticas sexuales equivocadas”.
Según el ex ministro de Educación Leonardo Garnier se proponen "… frenar los avances que hemos logrado en términos de una educación responsable para la sexualidad y la afectividad, buscan revertir los avances del feminismo y la igualdad de derechos para la mujer, y se oponen a la igualdad de derechos para todas las personas, incluyendo las poblaciones sexualmente diversas”.
¿Cómo avanzar hacia una mejor formación de la educación integral para la sexualidad y la afectividad de nuestros niños y jóvenes, cuando privan los atavismos y temores en un importante sector de la sociedad? De este tema conversamos con el exministro de Educación Leonardo Garnier Rímolo y con la abogada especialista en Derechos Humanos, Ariana Macaya.