Malogrado el intento para que el Presidente de la Generalitat Carles Puigdemont compareciera ante el Senado, se acerca la expiración del segundo plazo que el gobierno español concedió al líder catalán para que aclare su postura en torno a la declaración separatista. Y la temperatura no cede.
Simpatizantes y opositores de la declaración unilateral de independencia mantienen un férreo enfrentamiento. Dos grupos políticos (PDeCAT y Esquerra Republicana) aconsejan descartar la declaratoria -según publica el Diario El País- pues solo así será posible frenar, o al menos minimizar, el impacto de la aplicación del temido artículo 155 de la Constitución; ese que facultaría la intervención del gobierno nacional en la autonomía catalana.
“El proceso independentista carece de apoyo internacional, no cuenta con mayoría social y no tiene capacidad para un control efectivo del territorio. Por tanto, la integridad de España no corre peligro, pero la crisis constitucional territorial es muy profunda y será duradera”. Esa es la conclusión del muy prestigioso Instituto Elcano.
En plena incertidumbre del desenlace de este episodio inédito en la democracia española, ¿cómo dimensionar el efecto que este proceso tendría sobre España y Cataluña? ¿De qué dependerá que las heridas abiertas puedan no sólo sanar para dar paso a una sociedad española más y mejor fortalecida?
De este tema conversamos con el Dr. Jaime Ordoñez, Director del Instituto Centroamericano de Gobernabilidad.