Una semana de alta temperatura política, mediática (y judicial con más suspensiones y allanamientos incluidos) nos obligan a revisión exhaustiva este viernes, empezando por un hecho que no hemos tenido tiempo de valorar: la Comisión Hacendaria del Congreso avaló el Presupuesto de la República del próximo año con un recorte de la mitad de la deuda política que sufragaría los costos de la campaña electoral.
Y aunque muchos felicitaron la determinación, lo cierto es que diversos sectores también advierten preocupación porque -de acuerdo con la experiencia internacional- el ahorro que se pretende, podría ser mucho más pernicioso que beneficioso para la democracia.
Una explicación convincente es compleja porque a ojos vista de una ciudadanía apática y hasta irritada con la política y en plena justa electoral, redireccionar recursos de la campaña a atender gastos necesarísimos por los destrozos de la Tormenta Nate, aparece como una solución más que acertada. ¿Cómo defender que podría ser altamente inconveniente hacer algo que parece tan correcto?
Y hablando de apatía, la encuesta del Centro de Investigación y Estudios Políticos (CIEP) publicada por el Semanario UNIVERSIDAD, deja establecido que una mayoría del 42% del electorado no tiene ninguna premura por la definición de voto del primer domingo de febrero.
Finalmente, no cerramos el micrófono sin antes repasar los hechos que mantienen estremecido al Poder Judicial: la suspensión del Fiscal General, el nombramiento de la nueva titular interina Emilia Navas, la extenuante jornada en la que la Corte Plena suspendió por tres meses al Magistrado Celso Gamboa, que además tiene ya abierta una causa penal tal y como lo anunció en HablandoClaro la jefa del Ministerio Público, quien justamente lideró el allanamiento del despacho de Gamboa.. Y como si fuera poco, la incontinencia bloguera del magistrado suspendido...
Junto con el politólogo Rotsay Rosales Valladares en Hablando Claro.