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El mundo en el que ahora vivimos se enfrenta a dos grandes amenazas existenciales: el cambio climático y la guerra nuclear. Ninguna de ellas es ficción.
Corea del Norte probó recientemente y con éxito un misil intercontinental al tiempo que los Estados Unidos está en pleno proceso de modernización de su arsenal y en los cielos sirios se cruzan cada día las fuerzas antagónicas de varias potencias armamentísticas.
Y aunque muchos podrían pensar que desde nuestro país no tenemos cerca la amenaza de un ataque, nuestra realidad no está circunscrita a nuestras fronteras, sino que es global.
Por ventura, además, Costa Rica es un país respetado en el concierto internacional como potencia desmilitarizada y promotora del desarme. Por ello, Elaine White, nuestra embajadora ante los Organismos de Naciones Unidas presidió la Conferencia Mundial que logró la semana pasada la histórica aprobación de un tratado internacional que prohíbe el uso de armas nucleares.
Este tratado fue acogido por 122 miembros de la ONU, aunque ciertamente ninguno de los nueve que poseen armas nucleares (Estados Unidos, Rusia, Gran Bretaña, China, Francia, India, Pakistán, Corea del Norte e Israel) tomó parte en las negociaciones ni en la votación.
Costa Rica tuvo un rol trascendental en la redacción y adopción del texto del tratado, cuya realización es histórica y comparada por algunos con diversos hitos históricos de la humanidad.
Con la mirada puesta en la esperanza que esto representa para el devenir de la humanidad, conversamos sobre el proceso y las expectativas de de lograr la implementación de este acuerdo con la Embajadora Elaine White en Hablando Claro.