Lo que inicialmente se planteó como la propuesta de un posible gobierno de unidad nacional para el cuatrienio 2018-2022, se transformó en una mesa de diálogo que pretenderá sacar adelante una agenda de consenso.
Si eso fuera posible, sin duda, que avanzaríamos muchísimo dado el entorno actual, en el que claramente es muy difícil caminar juntos en la consecución de algunos de los muchos derroteros que tenemos por delante.
Muy a su estilo, Ottón Solís gestor de la iniciativa, cerró su participación tras haber logrado reunir a los líderes de prácticamente todos los partidos representados en el Congreso.
Sin temor de que la inminente campaña electoral amenace los acuerdos, Solís espera que antes de marzo, es decir en apenas seis meses, las agrupaciones políticas suscriban un compromiso para una agenda programática.
Claro, algunos ya han puesto objeciones iniciales, pero el desafío justamente ese ese, salvar escollos y agruparse en asuntos en los que todos tengan posiciones similares.
En medio de esta señal de intenciones, se encuentra la discusión usual de estas fechas: la del presupuesto nacional 2017 cuyo recorte de ¢67.800 millones aprobado en la Comisión de Asuntos Hacendarios, ha hecho que el Ejecutivo pinte un panorama desolador si la reducción se ratifica.
De sus mociones para eliminar y limitar una serie de erogaciones del plan de gastos del próximo año y de la concertación de la mesa facilitadora, conversamos con el diputado y fundador del PAC Ottón Solís Fallas Hablando Claro.
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