Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) 2030 conforman un plan de acción adoptado en el año 2015 por 193 Estados miembros de la Organización de Naciones Unidas. Incluye 17 ambiciosas metas globales como la erradicación de la pobreza y el hambre, mejorar la salud y la educación, alcanzar la igualdad de género, garantizar agua potable y saneamiento, construir ciudades inclusivas y sostenibles y proteger el ambiente, para asegurar la prosperidad de todos. Son, como cualquiera comprende, loables metas aspiracionales de la humanidad.
Pero como en todo quehacer, siempre hay contravalores que buscan imponerse en pos de intereses políticos no siempre transparentes. Así se ha constituido una corriente opositora a la “agenda 2030” y sin precisar conceptos, sino, por el contrario, introduciendo teorías conspiranoicas mediante mecanismos de desinformación, han hecho creer que los objetivos de desarrollo sostenible de Naciones Unidas son perversos. Tanto que, según dicen, buscarían encerrarnos en las ciudades, impedirnos comer carne y lácteos, controlar la población mundial alterando los roles masculinos y femeninos y hasta imponer la identidad de género en las personas menores, entre otros despropósitos. Toda esa corriente contracultural hoy se encapsula con el despectivo término “woke”.
Hasta ahora Costa Rica había estado bastante al margen de ese tipo de polarización ideologizada truculenta. Sin embargo, ya sabemos que la batalla contracultural será la nueva bandera que enarbolará el diputado y seguro aspirante presidencial de Nueva República Fabricio Alvarado que esta semana lanzó como grito de guerra su lucha contra los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas.
Y fue más allá, al pretender emular a los presidentes Donald Trump y Javier Milei, pidiendo sacar a Costa Rica de la Organización Mundial de la Salud, pues según cree, ideó una estrategia para arruinar la vida de las personas en el 2020. Según esa “teoría” que él adhiere no fue el virus SARS-CoV-2 y la pandemia lo que nos recluyó, sino una acción criminal engañosa.
Así que en lugar de hablar de problemas reales y posibles soluciones a nuestros desafíos, enfrentaremos narrativas discursivas como esta.
Para poner los puntos sobre las íes conversaremos con la politóloga experta en los ODS, Gina Sibaja.
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