Orosí II, la quinta etapa de la ampliación del Proyecto de Abastecimiento para el Acueducto Metropolitano, era (y es) fundamental para garantizar agua potable a 638,000 personas de 14 cantones metropolitanos; la mayoría josefinos, además de uno cartaginés y otro herediano. Sin duda una obra pública indispensable.
Los cambios de cuatro presidentes ejecutivos de Acueductos y Alcantarillados, (tres de ellos durante este gobierno) así como la inestabilidad y remociones de varias gerencias, serían parte de las razones por las cuales en noviembre pasado se perdió un crédito de $400 millones del BCIE para su construcción.
Ante la Comisión de Ingreso y Gasto Público de la Asamblea Legislativa, las autoridades de AyA no lograron explicar las razones de esta situación. Esa mega obra aportaría 2,500 litros de agua por segundo, con una infraestructura de 42 kilómetros de tuberías y casi nueve km de túneles, una nueva planta potabilizadora en Patarrá y cuatro tanques de almacenamiento de 10 mil metros cúbicos cada uno.
Desde el año pasado, la crisis de suministro del líquido en el área metropolitana se ha venido agudizando. En abril de este año Juan Manuel Quesada, el actual jerarca de AyA, informó que Orosí II “es la prioridad número uno” en la cartera de 179 proyectos de la institución, pese a que no cuenta con los estudios necesarios, mucho menos con el financiamiento; lo que lleva a prever próximos veranos de racionamientos.
Para analizar las implicaciones del rezago en infraestructura hídrica conversamos con el especialista en temas de agua y saneamiento, Saúl Trejos.
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