No hay otra manera de decirlo y por ventura es así: nuestra institucionalidad responde al clamor que lanzamos por una sociedad que aspira a lograr la igualdad en derechos y oportunidades. Y eso nos renueva las esperanzas.
Este lunes los y las diputadas, por la calificada mayoría de 38 votos, designaron como magistrada de la Sala III de la Corte Suprema de Justicia a la doctora en derecho penal Patricia Vargas González, la mejor calificada con 89.56 puntos en el proceso de selección.
Vargas, quien será juramentada por la Asamblea legislativa el próximo jueves, será la octava jueza de un cuerpo colegiado de 22 integrantes, 14 de los cuales son magistrados, con lo cual aún hay camino que recorrer para establecer la paridad y saldar la deuda histórica que tiene la sociedad costarricense para con la igualdad en la impartición de justicia.
Y el tiempo es ahora: quedan sin nombrar por el momento otra magistratura en la Sala Primera y una especialmente sensible en la Sala IV para ocupar el puesto que dejó vacante hace año y nueve meses la jurisconsulta Nancy Hernández López, hoy jueza de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
Es en este contexto que el Foro de Justicia hace un vehemente llamado para que las designaciones pendientes se agilicen, eso sí, teniendo como norte los principios la objetividad, igualdad de género y cumplimiento de los estándares internacionales para garantizar que las personas seleccionadas cumplan efectivamente con el enorme desafío de fortalecer el sistema judicial.
Para ampliar acerca del tema conversamos con Marcia Aguiluz y Evelyn Villareal, del Foro de Justicia.
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