Las mujeres en Costa Rica alcanzaron el derecho al voto apenas hace 72 años. Y eso costó mucho. Después de todo, muchos creían firmemente en que no era necesario contar con su criterio para los asuntos del país. En palabras duras y puras, las mujeres “estaban hechas” para casarse y tener hijos. Nada más.
Cuánta agua ha corrido bajo el puente desde entonces en nuestro pequeño, pero vibrante entorno sociocultural, como para (por dicha) normalizar hoy que las mujeres, abrazan la maternidad con la misma pasión y determinación, que el propósito de realizarse en los estudios y la plenitud de todas sus capacidades técnicas y profesionales. Tanto como para ser el cuarto país de entre los 38 de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, OCDE, en la escala de científicas, investigadoras, matemáticas y tecnólogas, respecto del porcentaje total de profesionales en esas materias.
Y lo mismo ha sucedido en todos los campos. ¡Por ventura! Si no lo cree, vea con cuánto entusiasmo, alegría y orgullo, somos sede hoy de un mundial de fútbol que congrega a extraordinarias deportistas que manejan la pelota con una maestría proporcional al sacrificio y dedicación al que obliga el llamado deporte rey.
Las mujeres rompen barreras, establecen nuevos paradigmas y dan orientación y propósito a los mejores desafíos del desarrollo social y todo ello equilibrando con enorme empeño y fuerza emocional, el estudio, el trabajo (dentro y fuera de casa) y la maternidad.
Por eso, en este 15 de agosto, hacemos apuntes sobre lo que significa para las mujeres mamás desempeñarse en un deporte, que hasta hace muy poco, era solo cancha para hombres. Con Gipsy Nalledy Prieto Viales, joven madre y jugadora de la primera división del Municipal Pococí, Regina Lobo Rojas, capitana del Municipal Pococí, madre de dos niñas y la reconocida periodista deportiva y madre de cuatro hijos, Adriana Durán.