El tema de las pensiones, así dicho en general, es siempre un tema de enorme interés público.
Un país como el nuestro que tuvo la previsión de establecer un régimen de invalidez, vejez y muerte, que aspiró a la universalización de la atención no solo en la cobertura para enfermedad y maternidad, sino también para la vejez, enfrenta hoy retos gigantescos para hacer sostenible hacia futuro sus prestaciones previsionales.
Nos agobia la informalidad del mercado laboral, nos atenaza el envejecimiento de nuestra población y, como si fuera poco, la inseguridad que asoma cada cierto tiempo en los cotizantes de pensiones básicas y complementarias, respecto de los dividendos de los sistemas porque cuando los rendimientos bajan -cosa que es normal que ocurra con las inversiones a largo plazo- existe la tentación equivocada de creer que podríamos sacar mejor provecho, si pudiéramos tomar los dineros al instante para gastárnoslos en urgencias del momento, desprotegiéndonos cuando más lo necesitaremos. Es decir, en la etapa final de nuestras vidas.
Justo por eso son tan peligrosos los cantos de sirena de festinar -por ejemplo- los fondos de pensiones complementarias como pretende hacerse cada cierto tiempo.
Volvemos a hacer un repaso del significativo asunto de los fondos de pensiones y lo abordamos con un experto en la materia, el economista y ex superintendente de pensiones, Edgar Robles.