Los viles asesinatos de Marco Calzada Valverde y Manfred Barberena Novoa de apenas 19 y 23 años respectivamente, solo fueron los últimos que han ocurrido en San José en este año; 26 con ellos dos. Ahora, después de la resonancia mediática del caso Calzada, que fue el que sacó a flote la muerte -hasta entonces anónima de Barberena- las autoridades anunciaron un convenio de cooperación para realizar “patrullajes conjuntos y estrategias preventivas coordinadas” entre la Municipalidad de San José y el Ministerio de Seguridad Pública del país. Después, claro.
La criminalidad -lo sabemos bien- es multicausal. Y la violencia extrema, en la que las vidas terminan por no valer nada, es su expresión más degradada y cruel.
Pero sabiendo que la delincuencia no es solo un asunto de represión policial, también es verdad de perogrullo que sí requiere atención, vigilancia y estrategias de abordaje permanentes. ¿Hace cuánto se ha venido perdiendo el control de incontables espacios públicos que son apropiados por los maleantes? En el caso concreto de la capital, ¿acaso es una novedad señalar que es un sitio inseguro, sucio, abandonado, y del que la inmensa mayoría de la gente -literalmente- desaparece en sus refugios al caer la noche, porque no es para nada un sitio para caminar sin poner en peligro la existencia?
Y por cierto, hablando de San José, ¿es que acaso el único funcionario público que asume responsabilidades técnicas, operativas y políticas en la más grande alcaldía del país es el director de la Policía Municipal? ¿Adónde está el Alcalde? ¿Y la Vicealcaldesa? ¿Y el Presidente? ¿Y el Consejo municipal? ¿Y los líderes sindicales que abonan también con jugosas dietas sus reuniones?
¿Cómo es que la capital del país se degrada día con día y no aparecen sus "autoridades"? La Municipalidad de San José no da pena. Da vergüenza.
Así que para iniciar la semana y no dejar en el olvido la indignación y la impotencia, conversamos con el único que está al frente del barco, el director de la Policía Municipal, Marcelo Solano Ortiz.