En Estados Unidos se filtró la propuesta de un fallo de la Suprema Corte que limitaría la práctica del aborto en el país y, aunque no era una sentencia formal, ya provocó fuertes cambios en la política estadounidense.
Nunca antes había ocurrido allá algo semejante, pero ahora sabemos que las filtraciones de asuntos judiciales no son solo una costumbre en nuestros ambientes tropicales.
La sociedad estadounidense, pro aborto y antiaborto, espera ahora esa sentencia inminente, pero las agujas indudablemente ya se movieron. Cada senador o congresista -y ni qué decir el gobierno de Joe Biden- han tenido que posicionarse y prever las negociaciones alteradas por ese factor tan polémico.
En este caso se trata del derecho al aborto establecido desde 1973, pero podría ser cualquier otro tema o la Corte, nacional o internacional, podría estar en cualquier otro país. Lo cierto es que cada vez hay más propensión a las filtraciones de procesos judiciales, cada vez es más fácil su difusión y más normalizada también. ¿Cuánto afecta y cómo se podrían detener en aras de garantizar el método procesal? Lo abordamos con la jurista Elizabeth Odio Benito y el constitucionalista Marvin Carvajal.