Conmemoramos o vimos conmemorar este jueves el Día Internacional de la No Violencia contra las Mujeres y no podemos pasarlo como una fecha más, porque los factores históricos siguen vigentes y porque las nuevas dinámicas agregan realidades que también suelen cargarse contra ellas: más trabajo no remunerado, mayor brecha económica y más horas dentro del hogar a menudo violento.
Pero se suma también la volatilidad de las expresiones violentas en los espacios digitales donde ahora, como nunca antes, desarrollamos buena parte de nuestra vida, además de los movimientos de contra-reacción política a las manifestaciones políticas de grupos que claman por la igualdad.
La violencia contra las mujeres no es igual hoy que hace tan solo dos años. Sin dejar de lamentar las peores formas de violencia machista, incluso fatales, o la insuficiente respuesta desde el Estado y la sociedad en general, conviene que también visibilicemos las nuevas expresiones que se ejecutan en política y en la comunicación desde la falsa superioridad masculina.
De la mano de las investigadoras Larissa Tristán y Yanet Martínez, del Centro de Investigación en Comunicación (CICOM), de la Universidad de Costa Rica, hacemos nuestra tarea en el cierre de la semana sobre un tema que nos afecta a todos y todas como sociedad y que podría hacerlo en lo individual como quizás no hemos dimensionado.