Las universidades públicas se aprestan a cerrar su segundo año de virtualidad a pesar del regreso presencial de muchas actividades, y particularmente del retorno hace meses de niños, niñas y adolescentes a preescolar, primaria y secundaria.
¿Cómo se justifica esa decisión de no volver a reencontrar más allá de las pantallas a universitarios con sus pares y sus educadores hasta el 2022? ¿Cómo ha afectado y afectará esta prolongada interrupción a toda una generación, considerando que muchos de ellos ni siquiera conocen sus campus y sabiendo que se reportan incluso casos de depresión debido a falta de interacción social?
Este es solo un elemento de los muchos que marcan la aguda crisis del sistema educativo en el contexto de la pandemia. Un tema incuestionablemente sustantivo de entre el abanico de desafíos del país y que, constituye para los costarricenses, el tercer tópico de preocupación nacional, solo después del costo de vida y el desempleo como males mayores. Esto, de acuerdo con la última encuesta de opinión pública la semana pasada del Centro de Investigación y Estudios Políticos (CIEP/UCR).
Y en tanto la campaña electoral discurre por temas livianos y aparentemente fáciles de digerir para candidatos y candidatas, incluyendo propuestas hasta descabelladas, ¿adónde se sitúa el abordaje de la educación y sus retos en la campaña electoral?
Dos especialistas reconocidas en la materia, Isabel Román y Marcela Román del Estado de la Educación nos ayudan a centrar el foco de la atención en un tema del que nadie se puede considerar abstraído.