Consideradas el descubrimiento más importante después del agua potable, las vacunas son uno de los basamentos fundamentales de la salud pública -y en esta coyuntura- las anhelamos como una luz al final de un túnel para empezar a recuperar algo de la normalidad perdida con el arribo del SARS-CoV-2
Pero el camino -aunque promisorio- será aún lento para lograr que sea con vacunación con lo que logremos pasar página de este capítulo de nuestras vidas. Hay de nuestro lado del mundo occidental, al menos tres vacunas en proceso de salida para lograr pronta autorización y comercialización. Y otras más también están ya en fase 3 o incluso ya siendo distribuidas. Pese a ello la Organización Mundial de la Salud estima que el 2021 la inoculación para evitar la Covid-19 no llegará más que el 15 o 20% de la población mundial. Si se considera que la inmunidad de rebaño se alcanza con el 70%, tenemos una idea del desafío universal para vencer al virus.
En nuestro caso, el Ministro de Salud confía en que podamos iniciar en algún momento del primer trimestre próximo con los grupos prioritarios que están siendo identificados a lo largo y ancho del territorio nacional.
Los convenios suscritos nos alcanzarán para vacunar a tres millones de habitantes, un millón mediante el mecanismo COVAX-Facility de la OMS, un millón y medio gracias al acuerdo con Pfizer-BionTech y medio millón más con la vacuna de Astra Zeneca. ¿A lo largo de cuánto tiempo? Esto todavía es incierto porque aun cuando la carrera contra el tiempo es muy acelerada, la producción mundial será de magnitudes nunca antes vistas.
Pero tal vez esa no sea una de las cuestiones más álgidas del debate. Junto con la solución de las vacunas, emergen o más bien vuelven a resurgir con más fuerza, los grupos antivacunas. Aquellos que no solo niegan la pandemia, sino los que insisten en la supuesta existencia de maniobras para favorecer un modelo de negocios, o peor aún, para controlar a la humanidad. Sí, en pleno siglo XXI.
Con la ciencia enfrente, conversamos de la relevancia del desarrollo médico y la biotecnología al servicio de la salud pública, frente a la política del populismo y el resurgimiento de las teorías conspirativas. Con la Dra. Eugenia Corrales, microbióloga y catedrática universitaria.