Fotografía: José Cordero/ La Nación
Este jueves aportó más enfrentamientos en las calles y más intentos de acercamientos políticos para negociaciones aún lejanas. Ya algunos organizadores de las protestas se pelearon entre sí y José Miguel Corrales se apartó del incendio que ayudó a provocar; pidió perdón por no haber previsto el ingreso de grupos criminales que ahora están por ahí mezclados con manifestantes de verdad.
La emergencia continúa, como continúa también la epidemia de coronavirus; ya son más de 1.000 personas que murieron aquí por causas asociadas al Covid19. El desempleo alcanza al menos a 540.000 trabajadores y seguro muchos de ellos han protestado de buena fe. Pero hay algo que relegamos y que se reflejará groseramente en el plazo mediano y largo: miles de niños y jóvenes están desconectados de sus estudios sin que siquiera exista la certeza de que volverán a las aulas al comenzar el 2021. No es temerario afirmar que uno de cada 10 menores ya está totalmente fuera del sistema. Se presagia una tragedia, dice con crudeza la analista de políticas públicas Abril Gordienko.
Cerramos entonces la semana ampliando la mirada, observando las posibilidades de un retorno controlado y programado a las clases, un asunto que alcanza a todo el país pero que vive cada hogar en su privacidad y su rutina con estudiantes medio conectados, los que pueden, y mamás o abuelas improvisándose como maestras caseras, las que pueden. Conversamos en Hablando Claro con Abril Gordienko y del científico Christian Marín Müller.