¿Realmente nuestras capacidades de atención sanitaria se han fortalecido tanto como para poder avanzar a la siguiente fase de apertura económica a pesar de la dura realidad de contagios que no ceden? La pregunta quedó resonando tras el anuncio de este miércoles. Según la decisión gubernamental, vamos a una fase de reapertura de actividades que iniciará el miércoles 9 de setiembre y que, básicamente otorga el control del cuidado, a cada persona y conglomerado social en cada actividad comercial y en cada territorio.
No es extraño que al cumplir casi seis meses de emergencia nacional pandémica, el Ejecutivo decida soltar amarras de apertura y entregarnos –a los ciudadanos- la responsabilidad de la gestión. La cuestión es si seremos capaces de hacerlo. Es lo que vamos a probarnos a nosotros mismos.
La realidad indica que la propagación del contagio es ahora mucho más acelerada. Este miércoles el reporte fue de 1,002 casos. Acumulamos solo en la última semana (miércoles a miércoles) 6,675 casos para un gran total de 36,307 contagios y 386 fallecimientos. Pero vamos hacia necesaria realidad de la apertura.
Para los cantones color naranja, la estrategia denominada “Costa Rica trabaja y se cuida” estará precedida por una fase de transición que irá del próximo lunes 31 al 8 de setiembre. Para los cantones amarillos la apertura será inmediata. Ambos períodos, en todo caso, sí tendrán unificada la restricción vehicular; es decir que se habilitará para conducir de lunes a viernes de las 5 a.m. a las 10 pm y los fines de semana de 5 a.m. a 8 pm con la misma habilitación de placas que opera en esta semana.
Conocemos los detalles de la fase de apertura junto con los desafíos del momento multiamenaza que vivimos con inundaciones, temblores, erupciones volcánicas, y hasta los habituales desbordamientos de ríos por nuestro pésimo comportamiento ambiental. Conversamos con Alexander Solís, presidente de la Comisión Nacional de Emergencias.