Los hechos de los últimos días dan cuenta del acercamiento político que se produce en el escenario local. No sólo las activaciones del exPresidente Oscar Arias para romper esa especie de particular y extraña guerra fría en las relaciones de los líderes políticos más reconocidos del país, sino, y muy significativa, la mezcla de voluntades para allanar el intrincado camino de la aprobación en primer debate del proyecto de fraude fiscal.
Se espera que esta semana el Premio Nóbel de la Paz anuncie si buscará o no una tercera nominación y con ello, sin duda, se determinarán varios escenarios de la política de cara al próximo torneo, en un año decisivo para avanzar con todo lo que falta de la reforma tributaria.
Lo interesante del aire político que se respira es que a pesar de que la gestión del Presidente Solís no es nada bien valorada, aún así pudiera ser posible que los avances de negociación política nacional proporcionarán no sólo buenos resultados para el ajuste económico, sino una mejoría de la percepción de pesimismo que acompaña la ciudadanía costarricense, desde hace ya varios años.
Todo ello, ocurre en medio de una crisis humanitaria por la llegada, cada vez más acentuada de miles de migrantes económicos haitianos y africanos al territorio nacional, en busca de su anhelado paso hacia los Estados Unidos y, probablemente, sin la suficiente atención de la opinión pública nacional, que no observa éste como uno de los desafíos que debemos enfrentar.
Para poner en perspectiva estos temas conversamos con el politólogo Gustavo Adolfo Araya Martinez, en Hablando Claro.
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