Si las elecciones en Estados Unidos fueran hoy Hillary Clinton sucedería a Barack Obama en la Casa Blanca; pues según el promedio de todas las encuestas nacionales, la demócrata le saca 2.4 puntos porcentuales al republicano Donald Trump. Pero las elecciones no son hoy.
Faltan aún 54 días para el gran super martes de noviembre y sin que hayan empezado los debates televisivos, los demócratas (y muchos otros que no lo son) están nerviosos. Clinton tuvo una pésima semana que le hizo perder puntos no sólo porque tuvo un notorio desvanecimiento cuando se retiraba precipitadamente de los actos de recordación de las víctimas del 9-11, sino porque además tuvo que disculparse por haber calificado a la mitad de los simpatizantes de Trump como personas "deplorables" lo que le generó una avalancha de críticas.
Hillary padece neumonía y ella misma dijo que por no hacerle caso a las recomendaciones médicas que ordenaron reposo, sufrió un golpe de calor el domingo pasado que terminó en un desvanecimiento preocupante tomado en vídeo, pero sobre todo desató todo tipo de señalamientos por su inclinación a no ser muy transparente con sus asuntos.
Aunque Trump se refirió cortesmente al hecho, lo cierto es que él y sus estrategas de campaña llevan meses alimentando rumores acerca del estado de salud de las aspirante demócrata, aunque él tampoco ha relevado mucho de su estado médico y menos aún sus declaraciones de impuestos, lo cual recordó el Presidente Obama este martes en Filadelfia, mientras insistía en las capacidades y experiencia de su compañera de partido para tomar el poder en Washington.
De los devenires de la campaña electoral estadounidense conversamos con el politólogo Guillermo Barquero Chacón, en Hablando Claro.
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