Ha quedado claro que cada día trae nueva información científica sobre el COVID-19 y su comportamiento, pero también es constante el aprendizaje colectivo sobre la manera de vivir esta epidemia y el confinamiento recomendado junto al dolor por las víctimas y la preocupación por las duras consecuencias humanas que ya vemos por cuenta de la economía.
Ese aprendizaje colectivo, social o nacional tiene mucho de prueba y también de error. Tenemos la ventaja de poder ver desde nuestras coordenadas qué han hecho u omitido sociedades de todo tipo y nivel de desarrollo. Deberíamos interiorizar las durísimas lecciones que han sufrido ciudades en Asia, en Europa y las distintas latitudes de nuestro continente.
Son espejos en los que debemos saber mirarnos ahora que Costa Rica entra a su sexta semana de contagios con 618 casos acumulados, un crecimiento sostenido y la preocupación de estar dando los pasos correctos para el futuro inmediato, sin poder saber la factura que pagaremos ni a qué plazo.
Los ejemplos se pueden ver desde la globalidad de una agencia de noticias basada en París o desde el encierro de un departamento en pleno Manhattan, en el corazón del estado de Nueva York donde han muerto más de 10.000 personas. Mejor si el relato nos lo dan colegas periodistas con mirada internacional y el lenguaje nuestro.
Por eso conectamos este miércoles hasta París con la periodista Isabel Sánchez, experimentadísima corresponsal de la agencia de noticias France-Presse, y con Ronny Rojas, periodista freelance que ha visto el desarrollo paulatino de la tragedia en Nueva York.