La Navidad, como cualquier otra época de nuestras vidas esta marcada por historias de amor desgarradoras. Por ejemplo; que un niño de escasos 18 meses encuentre un hogar amoroso con unos padres y un hermanito que lo acogen incondicionalmente, es motivo de alegría para cualquier persona que conozca del hecho superior que constituye la adopción. Y es seguro que independientemente de nuestras creencias de fe, si ese hecho pasa en Navidad diremos que ¡el niño realmente llegó a aquel hogar!
¿Pero qué sucede cuando un pequeñito dos años fallece ahogado en la piscina del condominio donde vivía, justamente cuando sus padres comerciantes, estaban apenas horas antes entregando miles de regalos a otros pequeños de limitadísimos recursos en un comunidad cartaginesa?
De esos sinsabores sin respuesta de los que también recibimos lecciones de vida todos los días, pero que nos marcan cuando estamos especialmente sensibles como en estos días, conversamos en Hablando Claro con el sacerdote Miguel Picado.