En lo que a infraestructuras viales se refiere, la vivencia cotidiana del colapso vehicular nos hace constatar que hoy pagamos las consecuencias de las decisiones no adoptadas a tiempo.
Un duro ejemplo de ello, es la satanización de la figura de concesión de obra pública, reflejada claramente en la ruta San José - San Ramón.
Peor aún, resulta ser la andanada perenne de epítetos de algunos en contra de la muy utilizada ruta a Caldera, sólo porque se trata de una vía concesionada.
Nuestro país presenta un rezago de décadas y vivimos una especie de nostálgica ilusión de que el estado vuelva a ser el que antes fue y siga ejecutando proyectos para los que hoy no tiene capacidad de gestión.
La experiencia de otras naciones nos señala que si nos despojáramos de prejuicios y atavismos, podríamos avanzar mucho más.
Precisamente para conocer cómo Colombia ha avanzado en concesión de obra pública, conversamos con los expertos Federico Villalobos y Alejandro Baquero, en Hablando Claro.
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