La salida de Gran Bretaña de la Unión Europea tiene ribetes de un dramatismo impresionante y deja boquiabiertos no sólo a ingleses, escoceses, galeses e irlandeses. Prácticamente el mundo entero está a la espera del capítulo del día.
Y no es que la sustitución de Teresa May, por el hilarante Boris Johnson no advirtiera ya el nivel de tragicomedia de la situación política. Pero las cosas, por allá, pasan cada día a un nivel mayor de confrontación.
La crisis del Brexit ha arrastrado a los Tribunales de Justicia, enfrascados en resoluciones disímiles por la determinación extrema del Gobierno de cerrar el Parlamento por cinco semanas. Algo inédito.
En las últimas horas el Tribunal de Apelación de Edimburgo decretó nula la decisión del cierre señalando que el gobierno había realizado un acto "ilegal" al aconsejar a la Reina que ordenara la suspensión. Mientras tanto, el Alto Tribunal de Inglaterra y Gales dijo todo lo contrario: sentenció que la decisión de clausurar temporalmente el Parlamento fue un acto político del resorte propio del Primer Ministro y la Reina.
En resumen: las decisiones de Boris Johnson han precipitado una grave crisis constitucional y la resolución habrá de venir del Tribunal Supremo del Reino Unido. Y seguramente de las urnas. Vistos los problemas de una de las democracias más antiguas del mundo, entendemos que nos quedamos cortos de entendimiento. Así que para contextualizar y comprender la magnitud de la crisis británica conversamos con Enrique Castillo, ex Canciller y ex Embajador de Costa Rica en Londres.