Damos por descontado que en Costa Rica todos los niños asisten a la escuela y por eso los cuestionamientos a esta etapa de la formación educativa se refieren a la calidad. Bueno. Pero es distinto cuando hablamos de secundaria. Ahí es crítica la cobertura, sin dejar de lamentarnos también por serios problemas en la calidad. El último informe Estado de la Educación abunda en esos detalles. Por ejemplo: una proporción mayor de adolescentes asiste a las aulas hoy, pero esta mejoría se debe a una mayor afluencia en las modalidades más limitadas (como los Centros Integrados de Educación de Adultos, CINDEAS). Y más de 50.000 chicos ni siquiera llegan ahí.
En la educación superior, los problemas son diferentes, pero no menos complicados. La cobertura no ha mejorado, la emisión de títulos tampoco y las carreras, en general, admiten muchos signos de interrogación en su pertinencia y actualización. El retrato no es nada feliz. Es muy crudo y, más aún, triste si lo enmarcamos en la discusión del momento, con noticias de huelgas de docentes que poco tienen que ver con mejorar la educación.
El estado de la educación secundaria y universitaria lo detallamos con Dagoberto Murillo y Valeria Lentini, miembros del equipo de investigadores de este informe que debemos tener como un constante llamado de atención.