La crisis que explotó en Nicaragua en abril del 2018 iba a durar algunas semanas o quizás unos pocos meses, pensaban sus principales dirigentes y actores económicos de nuestro país vecino. La verdad, sin embargo, es que ya supera los 14 meses y nadie sabe cuánto puede prolongarse la agonía del gobierno de Daniel Ortega. La incertidumbre es la carta común.
Los efectos han sido devastadores y no todo sale en las noticias. Lamentablemente la atención internacional depende de nuevos acontecimientos violentos y la normalización es un punto en contra de Nicaragua.
Investigadores aliados del proyecto Estado de la Región han evaluado las repercusiones de la crisis y cómo afecta a la población nicaragüense, con implicaciones directas sobre Costa Rica, como es usual.
Con Camilo Pacheco, investigador de FUNIDES, y Alberto Mora, coordinador desde San José del Estado de la Región, volvemos este lunes a mirar a nuestros vecinos del norte.