Hablar de política puede desagradar a un sector de la población costarricense, lo sabemos, pero ¿qué tal hablar entonces de la "antipolítica"? Se le llama así a la corriente que cuestiona la eficacia del sistema institucional, una tendencia ciudadana que -como en otros países- parece crecer en Costa Rica a pesar de los logros políticos que durante décadas han ayudado a consolidar un grado de bienestar que envidian en otras latitudes.
Entrados ya en un año de competencia electoral, conviene repasar la solidez de nuestro sistema ante las expresiones proclives a una fórmula mágica que solucione los temas que, es cierto, no hemos resuelto por la vía de la institucionalidad. Esas fórmulas pueden tomar un color populista, autoritario u oportunista ante el descontento popular o la indiferencia en un sector.
¿Cuánto terreno hay para ello en Costa Rica? ¿Resiste nuestro sistema político los llamados a caminar por los atajos?
¿No será que estamos solamente ante el clamor ciudadano para que las instituciones (sobre todos los partidos políticos) rindan mejor dentro de sus márgenes? ¿Quiere usted que su partido se extinga o que más bien se "ponga las pilas"?
Acompáñenos hoy en Hablando Claro para analizar este tema con la guía del sociólogo y politólogo Jorge Vargas Cullell, director del Programa Estado de la Nación y coordinador de valiosas mediciones sobre la tendencia en la cultura política nuestra.
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