Un duopolio global. Una lucha de David contra Goliat.
Es la batalla en un pequeñísimo país que se atrevió a imponer una comisión máxima (1.25%) en las transacciones con las tarjetas de crédito Visa y Mastercard.
Seamos claros, en términos generales el control del precio es una herramienta de uso calificado, pero cuando hay fallas de mercado pueden ser muy beneficiosas para los participantes en las transacciones. Y si hablamos de tarjetas de crédito, claramente somos la inmensa mayoría, sea como comerciantes o como consumidores y usuarios de bienes y servicios. En este caso, la falla del mercado la constituye el hecho de ambas transnacionales ocupan el 90% del mercado mundial y, por tanto, tienen capacidad para imponer (incluso de común acuerdo) sus propios precios.
Dicho esto, ¿cuál es la batalla que se está peleando en Costa Rica?
Desde finales del 2020, gracias a una ley de la República, el Banco Central estableció un tope máximo a las comisiones por el uso de las tarjetas de crédito. Y desde entonces, Visa y Mastercard han adversado en estrados judiciales locales (hasta ahora sin éxito) ese tope, específicamente para los extranjeros que vienen al país, es decir para quienes utilizan tarjetas de crédito extendidas fuera, alegando que el país solo puede imponer topes para el mercado interno.
¿Qué dice el Central? El Banco se sostiene en la potestad de ley para haber establecido ese tope y no dejar las comisiones a la libre. También dice que los sistemas no pueden diferenciar entre tarjetas expedidas en el país y tarjetas emitidas fuera, por lo que si se derogan los topes, eso afectaría a todos por igual. Comisiones más altas significarían automáticamente precios más elevados para los compradores y menores ganancias para los comercios.
El caso es que Visa y Mastercard no ceden y ahora la batalla se ha trasladado al Congreso, pues pretenden mediante proyectos de ley (abanderados por la bancada del PUSC) derogar el tope máximo y volver a las tasas libres.
Claramente, el mayor problema de esta reglamentación costarricense, no es el pequeño tamaño de nuestro mercado, sino el hecho de que este tope sea un espejo que usen otros países mucho más grandes en volumen y monto de transacciones, aunque ciertamente tanto la Unión Europea como el Reino Unido sí tienen comisiones muy bajas. Tan bajas que andan por el orden de entre 0.2% y 0.3%.
Para profundizar acerca de este interesante tema conversamos con Carlos Melegatti y Ana María Cerdas, de la División de Sistemas de Pago del Banco Central.
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