Costa Rica es una democracia resiliente y resistente que cuenta con un respaldo amplio, generalizado en la población y sólido en el tiempo; condiciones que nos hacen sobresalir en la América Latina y El Caribe. Pese a ello, los niveles de satisfacción reflejan más bien valores intermedios. En síntesis, los ticos somos fieles creyentes en la democracia, pero estamos insatisfechos con su funcionamiento. Entonces tenemos una democracia resiliente, pero amenazada y a prueba.
Estas afirmaciones, así de categóricas, se desprenden del capítulo Costa Rica del Informe Barómetro de las Américas 2023, que fue dado a conocer esta semana y cuenta con el apoyo de las universidades de Vanderbilt y de Costa Rica, la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional y el Programa Estado de la Nación.
De acuerdo con el estudio, el 86 % de los costarricenses identificamos al país como una democracia y para un 72 % de nosotros es la mejor forma de gobierno. La satisfacción con el sistema alcanza al 61 %. Un elemento valorado como significativo en el estudio es que el 36 % de los costarricenses muestran alto apoyo al sistema y alta tolerancia, dos condiciones ideales para la estabilidad democrática.
Ahora bien, si bien es cierto son buenas calificaciones (somos el segundo país de la región adepto al sistema) los apoyos no son los mismos que a inicios de siglo, ni mucho menos que a los valores que registrábamos allá por la década de los años 80. La insatisfacción particularmente deviene tanto de la percepción y los datos objetivos de la criminalidad, como de la percepción dañina de la corrupción en la política.
Amenazante resulta entonces que más de la mitad de la población estaría dispuesta a justificar que líderes actuaran al margen de la ley para lograr que la democracia fuese más efectiva, lo que nos pondría a transitar por terrenos escabrosos.
Este amplio estudio da muchísimos insumos. De los más interesantes respecto de la sociedad que somos, son las percepciones sobre la migración que nos muestran ciudadanos sensibles, tolerantes y abiertos; 61 % está de acuerdo en los mismos derechos, 82 % no tiene prejuicios con tener de vecino a un migrante, un 60 % respalda que reciban servicios sociales, un 81 % está de acuerdo con que tengan derecho a ciudadanía y dos de cada tres costarricenses estiman que los nicaragüenses son buenos para apuntalar las actividades de la economía nacional.
Para hacer un acercamiento al estudio conversaremos con el autor del informe, Ronald Alfaro.
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